Este es mi tercer negocio online.

El primero fue más chapuzas que el segundo, aunque los dos fracasaron. Dicen que a la tercera va la vencida. Así que aquí estoy sin tirar la toalla para cumplir el sueño de una niña de 8 años.

Te preguntarás como puede ser que siendo tan pequeña lo tuviera tan claro. Quiero pensar que es por genética, por admiración o para que él estuviera orgulloso de mí.

Crecí viendo a mi padre vendiendo ropa a comerciantes de la zona. La ropa la hacía el mismo. Cogía un lápiz, dibujaba un vestido, se tomaba un té, hacía el patrón, cortaba la tela y lo mandaba a confección. Yo lo ayudaba en lo que podía, generalmente solo podía emperchar y observar.

Lo admiraba, desprendía poder, me enseñó mucho sobre el sector y sobre la vida. Solo sabía una cosa, de mayor quería ser como él, tener mi propio negocio.

Así fue como decidí estudiar empresariales en la universidad, aunque no me sirvió para nada. Lo que necesitaba estaba dentro de mí, las ganas, la pasión y lo que tenía que saber no me lo enseñaría la universidad. Lo aprendería a base de probar, fallar y volver a probar.

Bien, aquí tenéis la razón de mi pasión.

Ahora lo que nos concierne. Cómo nace Aesthudio.

A pesar de estar graduada en una carrera dónde la creatividad no es el foco principal, siempre me ha apasionado lo visualmente atractivo y todo lo relacionado con el 'do it yourself'. Me apasiona convertir cualquier cosa en algo que inspire.  

Así que pensé, y porque no creo una marca que refleje toda mi esencia, de lo que me gusta, de lo que me parece atractivo y además lo hago todo artesanal con mis manos?

Sin tener idea alguna, me puse a investigar como hacerlo.

Desde ese día han pasado 6 meses, más de 30 piezas mal hechas y mucho dinero que yo llamo invertido, porque todo esto ha hecho que hoy escriba y pueda deciros que así nace Aesthudio.